viernes, 25 de febrero de 2011

Camino a la Liberación


Había prometido que no me iba a poner intensa con mis escritos, y con este post creo que estoy rompiendo mi promesa; pero escribo porque después de algún tiempo de reposo emocional, puedo decir con mi corazón tranquilo, que estoy liberada.



Sin temor a equivocarme ya dejé atrás y totalmente fuera de mi, todos esos sentimientos de duda, dolor y fracaso que me acompañaban, he aprendido tanto de mi misma, de ver lo positivo siempre ante lo negativo, a admitir mis problemas y a pedir ayuda.



Aprendí con todo esto que la vida no termina cuando sientes que te ahogas en problemas, que siempre, aunque no me crean, siempre hay una nueva oportunidad, siempre que lo negativo sea visto con optimismo, porque nos retamos y nos invitamos a buscar soluciones donde no las veíamos, aprendemos a rediseñar nuestros planes y nuestros caminos.



Hoy me di cuenta, que de verdad lo aprendí, una amiga, que paso por algo muy parecido a lo mío, hoy me decía con dolor que se le partía el corazón el haberse topado con esa persona de su pasado, pero casi segundos después, mientras me confesaba su tristeza y su decepción, su hermana le daba la buena noticia de que iba a ser tía… Sé que ser tía no es algo que te quite el dolor de dejar atrás a personas de tu pasado, pero es la oportunidad de ver, que la vida sigue.. y que las cosas maravillosas siempre están ahí tocándote la puerta, solo que hay que saber reconocerlas.



Hoy lo vi tan claro, porque cuando yo estaba en todo mi drama de la separación hace 4 meses , viví una de las situaciones más desagradables de mi vida, descubrí que una persona que era muy cercana a mí, a la que siempre ayudé y le tendí la mano, me robo; me trato de perjudicar tanto y tan profundamente, no el dinero que trato de robar, no las cosas que perdí por culpa de esa persona, lo que me dolió que me haya robado a mí y tan descaradamente y por segunda vez (porque la primera vez yo estaba en fase de negación y no había querido aceptarlo).



Debo admitir llena de furia lo que me marcó fue el haberme hecho no confiar en la gente, me dio tan duro, sentir una traición así, tan baja y humillante, ver su hipocresía tan pero tan desnuda y en carne viva, que todos los días lidio con mi propio odio, y eso yo había prometido que nunca volvería a odiar; pero tengo que admitir que eso se me clavó tan duro en el pecho, que hasta hoy lo recuerdo tan frecuentemente que siento que me arrastra hacia atrás y que tengo que dejarlo ir.



Pero muy a pesar mío y de mi incapacidad para poder olvidar y dejar atrás ese evento, en el momento que pasó, conocí a gente tan buena y tan honesta, que sin haberme conocido, me tendió la mano y me ayudo incondicionalmente, y eso es lo que aprendí, aprendí que cuando a uno se le quitan las ganas de confiar en la gente, por otro lado hay otras que te abren su corazón para brindarte ayuda y darte la mano en los pasos oscuros.

Nunca duden de que en cada cosa mala siempre hay algo, relacionado o no que puede hacerte regresar al camino lleno de optimismo. Solo hay que sonreír con todas las ganas, hay que saber que el arcoíris estará después de la tormenta, sí y solo sí, de verdad quieres verlo y lo buscas con tu corazón abierto.


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